
¿Sabías que en Colombia existe un “lista negra” para quienes no cumplen con sus obligaciones alimentarias? Se llama REDAM –Registro de Deudores Alimentarios Morosos– y no es solo un nombre intimidante: es una herramienta legal creada para apretar las tuercas a quienes dejan desamparados a sus hijos o dependientes. En este artículo te contamos qué es, cómo funciona, quiénes terminan en su radar y qué dice la justicia colombiana al respecto. Prepárate: esto te va a interesar, especialmente si estás en el lado equivocado de la ley.
¿Qué rayos es el REDAM?
Imagina un archivo digital que funciona como un reflector: ilumina a quienes han incumplido sus deberes alimentarios y los pone en evidencia ante la sociedad. El REDAM nació con la Ley 2097 de 2021, una iniciativa del Gobierno Nacional para garantizar que las cuotas alimentarias –esas que sostienen la vida de menores, adultos mayores o dependientes– no queden en el aire. Reglamentado por el Decreto 1310 de 2022, este registro no solo busca sancionar, sino también prevenir el abandono económico.
Pero no te equivoques: no es un simple listado. Es un mecanismo vivo, conectado a la Carpeta Ciudadana Digital, donde cualquier persona puede descargar un certificado para verificar si alguien está o no en el REDAM. ¿Quieres saber si tu ex, tu vecino o hasta tú mismo estás inscritos? Este es el único canal oficial para consultarlo. La transparencia es la clave.
¿Quiénes terminan en el REDAM?
La Ley 2097 de 2021, en su artículo 2, lo deja claro como el agua: caen en el REDAM las personas que deben tres cuotas alimentarias –sean consecutivas o no– establecidas en sentencias judiciales firmes, acuerdos de conciliación o cualquier título ejecutivo con obligaciones alimentarias. No importa si olvidaste pagar un mes y luego otro; si acumulas tres, el juez o comisario de familia puede encender la alarma.
Aquí entra el poder de los “Fuentes de Información” –juzgados, comisarías y defensorías–. Solo ellos, junto al operador del sistema, pueden inscribir, actualizar o borrar a alguien del REDAM. Y ojo: si un juez decide que vas al registro, tiene que notificarte. Nada de sorpresas legales… al menos en teoría.
La doctrina y la justicia colombiana opinan
El REDAM no es un invento aislado; tiene raíces profundas en el derecho colombiano. La profesora María Elena Londoño, en su libro Derecho de Familia en Colombia (2020), destaca que las obligaciones alimentarias son un pilar del orden público, protegidas por el artículo 44 de la Constitución, que consagra los derechos fundamentales de los niños. Para Londoño, mecanismos como el REDAM refuerzan la idea de que “el incumplimiento alimentario no es solo un problema privado, sino un desafío social que exige respuestas estatales contundentes”.
La Corte Constitucional ha sido aún más enfática. En la Sentencia T-277 de 2015, la Corte subrayó que “la mora en el pago de alimentos afecta directamente la dignidad humana y el mínimo vital de los beneficiarios”. Este fallo, que obligó a un padre a cumplir con cuotas atrasadas bajo amenaza de sanciones, sienta un precedente claro: el Estado no se cruza de brazos ante la negligencia. El REDAM, en ese sentido, es una extensión práctica de esta postura judicial.
Otro caso relevante es la Sentencia C-252 de 2022, donde la Corte revisó la constitucionalidad de la Ley 2097. Aunque avaló el REDAM como herramienta legítima, advirtió que su aplicación debe respetar el debido proceso. ¿Qué significa? Que no puedes ser inscrito sin una notificación previa y una oportunidad de defenderte. La justicia no juega a ciegas.
Consecuencias: más allá de la vergüenza pública
Estar en el REDAM no es solo un golpe al ego. Según el artículo 3 de la Ley 2097, los inscritos enfrentan restricciones serias: no pueden acceder a cargos públicos, firmar contratos con el Estado ni siquiera salir del país sin saldar sus deudas. Es como un candado legal que te sigue a donde vayas. Y si eres futbolista, empresario o figura pública, el impacto reputacional puede ser devastador.
La jurisprudencia internacional también aporta al debate. En el caso González vs. Argentina (Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2020), se reconoció que los Estados tienen la obligación de crear mecanismos efectivos para proteger los derechos alimentarios de los menores. El REDAM, visto desde esta lente, es un paso hacia el cumplimiento de tratados como la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Colombia.
¿Y si no sabías que estabas en mora?
Aquí viene la pregunta del millón: ¿qué pasa si no te notificaron bien o si el sistema falla? La Sentencia T-408 de 2019 de la Corte Constitucional ofrece una pista: si el debido proceso se quiebra –por ejemplo, si no te avisan de tu inscripción–, puedes exigir tu exclusión del REDAM vía tutela. Pero no te confíes: probar tu ignorancia es una batalla cuesta arriba.
Abint Abogados te saca del apuro
El REDAM no es un juego. Si te enfrentas a una inscripción injusta o necesitas defender tus derechos como acreedor alimentario, en Abint Abogados sabemos cómo movernos en este terreno. Desde revisar notificaciones hasta impugnar decisiones judiciales, estamos aquí para que no te quedes en la cuerda floja. Y si quieres saber más sobre cómo consultar el REDAM, la Carpeta Ciudadana Digital es tu puerta de entrada –simple, rápida y gratuita–.
El veredicto final
El REDAM es más que un registro; es un grito de alerta contra el abandono alimentario. Respaldado por la doctrina de Londoño y la fuerza de fallos como la T-277/2015, este mecanismo pone a los deudores morosos entre la espada y la pared. Pero también es un recordatorio: la ley no perdona, y el debido proceso es tu escudo. ¿Estás listo para enfrentar el reflector del REDAM?